Navidad tiempo de Paz y Amor, de Luz y Esperanza pero también de comilonas, tentaciones continuadas y riesgos de descontrol glucémico. En estas fechas son típicas las frases “una vez al año no hace daño” a “nadie le amarga un dulce” o “venga una copita más o un trocito de turrón, que ya te pondrás a dieta cuando pase la navidad”. Pero stop porque en el caso de los diabéticos no se trata sólo de unos kilitos de más, que también y para que nos vamos a engañar esto también fastidia.
Pero estar también diciendo continuamente NO a las tentaciones, incluso con el yugo de la
diabetes encima, es muy difícil e incluso contraproducente. Por eso, y una vez más, y como ya
nos adelantaba el bueno de Aristóteles “en el punto medio está la virtud”. Y en nuestro caso, la virtud está en la moderación, en el equilibrio y en el jugar con las raciones, insulinas, y
ejercicios, como, en realidad, hacemos durante todo el año, pero tal vez en esta época
prestando más atención al riesgo de hiper que de hipo por eso de los “mantecaditos”,
“turroncitos”, “anisetes” y demás productos típicos, que si de algo están sobrados son de
hidratos y azúcares de rápida absorción.
¿Qué hago yo como diabética tipo 1 para la que la Navidad responda a aquello de “Navidad, Navidad dulce Navidad pero sin descontrolar”? Pues, ahí van mis trucos como diabética y ciudadana que vive las costumbres navideñas:
Bien en la cena de nochebuena, normalmente no suelo excederme en la comida. Y si me paso con algo es con las proteínas: Gambas, jamón, queso y demás alimentos proteícos que a efectos de insulina no cuentan para las raciones, aunque, a efectos de calorías sí cuentan, así que tampoco “tiremos las campanas al vuelo”.
En caso de que me exceda, intento luego dar un paseo con familia o amigos para rebajar el posible exceso o como mi abuela vive en un octavo piso, que es donde cada año celebramos la Nochebuena, bajo las escaleras y las subo varias veces. Y sí...la respuesta es que los vecinos que a esas horas suelen cantar los peces en el río me miran con cara de asombro pero yo a lo mío que hay que mantener los niveles...
Por otra parte, en Nochevieja tenemos el problema con la bebida. Si bien la comida es menos
abundante, en esta noche lo que apetece es cogerse la “buena cogorza” y “desfasar un
poquito”. Pero stop a los cubatas que estos tienen efecto hiper - hipo y eso no le gusta nada a a nuestra amiga la dulce. Así que control, moderación pero sobre todo no nos olvidemos de disfrutar de estas fiestas, que los diabéticos también tenemos derecho a pasar unas navidades como dios manda y todo es compatible cuando estamos cómo y con quien queremos.
Feliz Navidad y recordad que la diabetes no descansa por vacaciones.
Rosario Marín
@ChariMD
http://optimismoydiabetes.blogspot.com.es/