domingo, 9 de noviembre de 2014

FORMACIÓN ENTRE IGUALES: Gracias por Mauricio Dueñas #evaluadiabetes

Gracias, es lo que puedo decir sobre mi experiencia como formador de pacientes.
Muchísimas gracias por la satisfacción que tengo cada vez que termino un taller. Esta
satisfacción es debida a que uno se siente feliz por poder aporta un granito de arena
en la labor de ayuda a personas
, que como uno mismo, padecen una enfermedad
crónica que nos acompañará siempre, la DIABETES. 




En el tiempo que llevo colaborando con la Escuela de Pacientes, he conocido muchas
personas que tienen o que conviven con algún que padece diabetes. Esto es otro de
los puntos positivo de la experiencia, conocer iguales y contarnos lo que sentimos y
vivimos cada día en referencia a lo que nos une. 



Por la experiencia vivida, parece que se transmite mejor la información sobre la
diabetes entre los propios pacientes
, llega de forma distinta a la que transmite los
profesionales sanitarios
. Esto no significa que una valga y otra no, sino todo lo
contrario, significa que unidos los dos, sanitarios y pacientes, podemos llegar más allá.

Como decía Esopo (s.VII/s.VI a.C.) escritor de fábulas griego, “la unión hace la fuerza”,
y creo que en la formación de los pacientes, la unión entre profesionales y pacientes a
la hora de transmitir los conocimientos que tenemos es fundamental
. Por ejemplo, un
facultativo puede explicar los síntomas de una hipoglucemia y como acometerla para
salir de ella, pero al no haberla sufrido, no puede transmitir lo que se siente cuando se
tiene la inoportuna y molesta hipoglucemia. Ese matriz es el que puedo transmitir a los
pacientes que todavía no la han padecido o que no saben cómo pasarla lo antes
posible y de la mejor manera.






Cada taller ha sido totalmente distinto, ya que dependía del tipo de pacientes, de las
edades, etc. Cada uno transmitía todo lo que sabía o podía, pero lo mejor era todo lo
que recibía de ellos. En los talleres, los participantes se abrían contando sus
experiencias, dudas e inquietudes y entre todos, intentábamos solucionárselo, y
cuando no podíamos, allí estaba el profesional sanitario que nos echaba una mano
para aclarar los temas tratados desde su punto de profesional.


Al igual que me acuerdo del primer taller, tengo un grato recuerdo del taller que
hicimos en el Hospital Infanta Elena de Huelva con niños con diabetes y sus padres.
Era muy curioso cómo se enfrentaban a la enfermedad de forma tan distinta, los niños
que la padecen y sus padres, es decir, la gran diferencia que existe entre lo que
quieren saber los niños de lo que están viviendo y lo que quieren saber los padres
para llegar a comprender la enfermedad de sus hijos lo mejor posible, porque los
padres siempre quieren que sus hijos estén perfectamente bien, o sea, llegar a la
perfección en todos los controles diarios, cosa que como sabemos es imposible, ya
que la perfección no existe.


Como ya he comentado, todos aprendíamos algo nuevo, y cuando digo TODOS me
refiero incluso los profesionales sanitarios que nos acompañaban. Algunos me han
llegado a confesar que había aprendido cosas que no sabía de la diabetes, solo con
escuchar a los pacientes hablar de sus experiencias diarias.

La experiencia como formador de pacientes que he vivido, y pienso seguir viviendo,
me ha aportado mucha alegría y felicidad, sobre todo por ver como alguien que se
había rendido a la enfermedad, retomaba con ganas la ilusión por vivir la vida junto a
esta enfermedad que no nos abandona nunca. Veía esperanza en ellos y me servía a
mí, para seguir llevando con ilusión la vida junto a la diabetes. Creo que una de mis
funciones en estos talleres es transmitir alegría y esperanza a personas que no ven el
final del túnel, es fundamental para que vean la luz y no la oscuridad, o sea, que vean
la botella medio llena y no medio vacía.



Como paciente de diabetes, me hubiera gustado cuando empecé a padecer esta
enfermedad, haber podido tener la posibilidad de asistir a estos talleres
que son muy
interesantes y enriquecedores, seguro que hubiera llevado mejor mi vida con la
diabetes.

Siempre que hablo de la experiencia como formador, pienso que estos talleres
deberían estar incluidos en los protocolos de actuación del Sistema Andaluz de Salud
para personas que padecen esta enfermedad, ofreciéndose de forma inmediata y
continuada a todos los pacientes
. Cada día que pasa estoy más convencido de ello,
pero eso animo a intentar que esto sea una realidad.


Estoy convencido de que estos talleres a medio o largo plazo son muy rentables desde el punto de vista económico para el sistema sanitario y para las personas que tienen diabetes, ya que se vuelven más autónomas con respecto a su enfermedad y la
pueden llevar mejor
, lo que implica requerir menos recursos del sistema sanitario.

Paciente formado, paciente activo, paciente más autónomo, lo que implica mejor
cuidado de su enfermedad.



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