Es
indescriptible la sensación que
sientes cuando caminas rodeada por esa marea azul (color que simboliza a la
diabetes en todo el mundo) de globos, logos, camisetas, círculos y, en definitiva, de personas que luchan día a
día y hacen ‘malabares’ para mantener
unos niveles de glucemia dentro de un nivel aceptable, porque saben que de ello
depende su calidad de vida, presente y futura.
Es
indescriptible la sensación que sientes cuando dentro de esa corriente
azul compartes con niños pequeños -
recién incorporados a la vida-; adolescentes; jóvenes; adultos; mayores;
de todas las condiciones sociales; de todas las ideologías; con todo
tipo de hobbies; y con todo tipo de sueños; pero con un denominador común: la DIABETES. Porque
ésta, no discrimina, ni segmenta a su público objetivo, alcanza a todo el mundo para transformar por
y para siempre todas sus dimensiones vitales: personal, profesional,
educacional o social.
Por ello, son tan relevantes
iniciativas como éstas, llámese Transdiabetes o de cualquier otra manera, el
nombre es lo de menos. Lo esencial y lo que importa realmente es ese espíritu
de lucha y de unión común que siempre debe permanecer y aumentar. Porque es precioso poder compartir,
aunque sea una vez al año y durante unas horas, con gente que habla en tu mismo
‘idioma’: el de las raciones de hidratos; las unidades de insulina; las
‘hipo’; las ‘hiper’; los sensores de
glucosa; las bombas de insulina; los
catéteres; los reservorios; y el
lenguaje, en muchas ocasiones, de las noches sin dormir.
Porque
es precioso ver a un niño pequeño que te mira inocentemente y
te dice: “Yo también tengo una maquinita como la tuya y sabes…me pincho el dedito
6 veces al día para hacerme los controles, a ¿qué te gano? Y tú le respondes,
con la conciencia y experiencia que te dan los años de diabetes: “Tú eres un
ángel luchador, un campeón y sigue así que lo estás haciendo fantástico”.
Estos momentos no tienen precio.
Por ello hay que seguir compartiendo, porque ya que la diabetes nos ha
alcanzado con sus alas, vamos a poner
una bonita sonrisa y a caminar juntos agarrados de la mano, porque la mochila
compartida es menos pesada y el camino se hace mucho más agradable y llevadero.
Y
porque además, como comenté en el post
anterior, en diabetes aún queda
mucho por hacer y que avanzar: en educación diabetológica; investigación; legislación o sanidad. Pero lo que está
claro, es que si queremos conseguir algo, tenemos que estar unidos, porque la
unión hace la fuerza y porque, al igual que empiezo termino: ‘DIABÉTICOS
UNIDOS, JAMÁS SERÁN VENCIDOS’.
(mañana os ponemos fotos - hoy el ordenador no me deja...)
(mañana os ponemos fotos - hoy el ordenador no me deja...)
Por Rosario Marín (@ChariMD)