La diabetes afecta en el mundo hoy a 347 millones de personas, según
la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se está convirtiendo en una
epidemia mundial. Las previsiones que manejan los expertos arrojan cifras
desoladoras: se espera que para el año
2030 es que sea la séptima causa de muerte. Las defunciones asociadas a la
enfermedad aumentarán en un 50% en los próximos diez años. Este aumento del
número de afectados está relacionado con la propagación del sobrepeso, la
obesidad y la inactividad física. Estas causas se encuentran entre las
principales de la diabetes de tipo 2, en la que el organismo no utiliza
eficazmente la insulina, generando episodios de
hiperglucemia. Esta situación supone unos elevados niveles de azúcar en
sangre que el cuerpo es incapaz de gestionar.
“Además, se trata de una enfermedad
silenciosa. Prueba de ello es que en
España se calcula que hay un 43% de casos sin diagnosticar porque en sus
inicios no presenta síntomas y la evolución no da ningún tipo de muestras”
Sin embargo, sus consecuencias abarcan toda nuestra anatomía y pueden
afectar a la visión, los riñones, los nervios y los vasos sanguíneos. Asimismo,
el riesgo cardiovascular de las personas
que padecen diabetes es algo más del doble de quienes no la sufren. Según
la OMS, entre el 50 y el 80% de las muertes de pacientes diabéticos en el mundo
se debe a causas cardiovasculares.
Sin embargo, hay buenas noticias. Las investigaciones médicas y
científicas cada vez están ahondando más en la prevención de este tipo de
diabetes, tan asociado a un estilo de vida poco sano y han elaborado una serie de recomendaciones que pueden
ayudar a no desarrollar la enfermedad. Una alimentación adecuada, ejercicio
físico y el control del peso son algunos de los consejos que los especialistas
ofrecen a quienes están preocupados por su salud en este sentido. Ya sea porque
alguien cercano la ha desarrollado o porque quiere prestar especial atención a
este problema, un conjunto de hábitos le ayudará en esta misión:
Alimentación
Hay varias teorías al respecto, pero según Serafín Murillo,
Dietista-Nutricionista e Investigador del CIBERDEM (Centro de Investigación
Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Diabéticas Asociadas, dependiente
del Hospital Clínic de Barcelona) lo que hay que tener claro es que el exceso de peso aumenta el riesgo de
padecer la diabetes tipo 2, por lo que se recomienda una reducción de entre
un 5 y un 10%.
Para ello, uno de los factores clave es la alimentación. Tradicionalmente se aconseja un tipo de
dieta hipocalórica, en la que se busca reducir las calorías totales de la
alimentación y que sigue estando considerada como una buena opción. A pesar de
ello, en los últimos años cada vez más investigaciones están ofreciendo
resultados que consideran otras pautas más beneficiosas. Un ejemplo es la dieta
mediterránea, que reduce un 50% más los nuevos casos de diabetes que la
anterior. Hay una tercera opción que señala las ventajas de llevar a cabo una
alimentación en la que se reduzcan los hidratos de carbono y se tengan más presentes
las proteínas.
Ejercicio físico
Son conocidas las ventajas que proporciona poner el cuerpo en
movimiento, pero además en el plan de prevención de la diabetes de tipo 2 es
también relevante. No sólo eliminamos la
glucosa mediante el ejercicio físico, sino que trabajamos las fibras musculares
que van a transportarla al interior de las células. La intensidad con la que
debe realizarse ha de ser moderada, en torno a un 70% de la frecuencia cardíaca
de cada persona y debe practicarse a diario, preferentemente. Además, nos
ayudará a relajarnos y combatir la ansiedad del día a día, algo muy beneficioso
para nuestro bienestar.
Aitana
García Uriarte